Los flamencos poseen coloración rosada con una variación estacional de tonos y matices en el plumaje, desde el rosado casi blanco hasta el rosa intenso, según las especies y el estado de desarrollo de los individuos.

Las patas y el cuello son largos y, durante el vuelo, se mantienen extendidos. Los dedos son palmeados. La cabeza es pequeña.

El pico es abruptamente curvado y está provisto de laminillas para filtrar el agua, y tiene la mandíbula inferior más grande que la superior. No existe diferencia morfológica externa entre ambos sexos; no obstante, el macho suele ser de mayor tamaño que la hembra. Los juveniles tienen plumaje blancuzco manchado de pardo, las patas son negras y el pico negro en su mitad anterior y celeste grisáceo en la parte posterior.

 La parina grande (phoenicoparrus andinus) es la de mayor tamaño, llegando a medir 110 centímetros. De color más blancuzco que las otras especies, con las coberteras rosado fuerte, y una zona violácea en la parte superior del pecho que falta en los juveniles, esta parina tiene el tercio posterior del cuerpo negro, muy evidente cuando está posada, por lo que se le puede conocer fácilmente.

El pico es de color negro con tercio basal amarillento. Las patas son amarillas. El iris es negro.

La parina chica (phoenicoparrus jamesi) es la menor en tamaño de las tres especies. Se la distingue por sus patas rojas y la coloración escarlata de la base del cuello y del dorso; el tercio posterior del cuerpo es negro, menos notable que en la parina grande. El pico, el cuello y las patas son más cortos. El pico es de menor curvatura que las otras dos especies, de color amarillo anaranjado con agudo ápice negro. El iris es de color negro.

El flamenco chileno (phoenicopterus chilensis) tiene la coloración del plumaje de un tono salmón con cubiertas rojas intensas que tapan las plumas remeras negras. El pico es de color blanco rosado con mitad apical negra. Las patas son celestes grisáceas con rodillas, dedos y membranas rojas. El iris es de color amarillo pálido.