La breve relación -después de 39 años- y más aún si nos encontramos reunidos aquí para hablar de Potosí, pasado, presente y futuro, alcanza una significación mayor y plena de sugerencias y reflexiones.

“Potosí, para unos podrá ser una palabra acabada, convertida quizá en mito y leyenda, y para otros, los más, es una palabra rebosante de esperanza, de resurrección y de atracción creciente” porque el mundo se ha lanzado con tenacidad a la “reconstrucción de los patrimonios” al redescubrimiento de sus propias creaciones, porque la antropología cultural testimonia que la conducta social del hombre es la maestra de la historia y los encuentros y desencuentros de sus protagonistas.
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Tan elocuentes alabanzas, quiérase o no , han originado un concepto patrimonial, es decir que este lugar andino no sólo fue proveedor de plata, sino concentró a su alrededor un núcleo urbano que será difícil excluir de la historia económica, arquitectónica, religiosa, artística, social, laboral y cultural de la humanidad y más que todo del contexto de la realidad pasada, presente y futura de América.

En 1979, en la XI Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (O.E.A.) realizada en La Paz del 26 al 31 de octubre se aprobó una Resolución otorgando el título de “Ciudad Monumento de América” a Potosí y Sucre.

Recorre las calles coloniales. Admira los templos de la más variada y reconocida arquitectura. Se queda extasiado con la majestuosidad de la Casa de Moneda. Y se sumerge en la historia fascinante de esta urbe minera.

Para un profesional de la cultura procedente del Africa Occidental, del quemante sol de Dakar, llegar a las alturas de una montaña tan famosa y descubrir un insospechado caudal histórico, por cierto, fue una experiencia inédita e imborrable.

El mapa patrimonial de la UNESCO en la actualidad es sugerente.

En los cinco continentes están consignados cerca de 400 sitios que deben ser protegidos escrupulosa y permanentemente.
Argentina ostenta el Parque Nacional de Iguazú y el Parque de los Glaciares, añadiéndose las Misiones Jesuíticas que se extendieron hasta Paraguay.

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