Desde 1988, en el marco de la filosofía de la UNESCO de “fortalecer la identidad cultural de los pueblos”, se advierte una creciente predisposición por volver a releer el pasado frenético que genero la montaña inagotable.

Algo perecido ocurre con el patrimonio cultural.

Aunque en las grandes metrópolis se levanten rascacielos de cien pisos, nunca se dejará de contemplar construcciones como la Alhambra de Granada, San Francisco en Quito o la Casa de Moneda en Potosí.

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Quedando hoy de los 32 templos del apogeo de la plata 24 y un centenar de viejas casonas coloniales declaradas monumentos de la nación que tienen como centinela eterno al majestuoso Cerro Madre de América.

Una larga pero resonante sucesión de nombres aparece como testimonio del florecimiento urbano que hizo posible el metal del monto legendario: San Francisco, San Lorenzo, Santa Teresa, San Agustín, San Sebastián, Jerusalén, Copacabana, Santo Domingo, San Martín, La Basílica Catedral…Potosí no es una ciudad antigua, pese a sus 450 años de existencia.

Es una ciudad viviente como lo fue y lo es su Cerro Rico. Quien les habla se reconforta de optimismo y esperanza cuando a veces agobiado por escuchar expresiones pesimistas sobre el futuro de Potosí, lee y relee lo que numerosos visitantes exhiben en el libro de impresiones y sugerencias de la Casa de Moneda.

“Solo la democracia y la libertad valen más que un Potosí, fue la palabra de Simón Bolívar que hoy repetimos” subrayó el presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez al recorrer las calles de nuestra ciudad.

“Un grande tesoro nacional, magníficamente conservado -la Casa de Moneda- es una grande joya y el monumento más impresionante de Potosí. Estoy seguro que el gloriosos pasado de esta región y de este centro urbano se transformarán en un futuro igualmente positivo y prometedor” afirma el Embajador de Alemania Rognhild Hallensleben.

Así como fue sostén de España por tres siglos, Potosí volverá a resonar en el mundo”, manifestaron los creadores de Bolivia.

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