“Olvidada durante más de un siglo, hoy se estudia con interés la historia de la Villa Imperial” sostienen en Europa los centros de cultura, los investigadores y hasta los economistas que vuelven su mirada a ese fenómeno inédito que significó el capitalismo de la plata que alcanzó resonancia mundial.

Es interesante un análisis de Ernesto Sábato, conocido escritor argentino, cuando dice con ironía que “antes una cachiporra era más eficaz que un logaritmo y un lingote de plata más valioso que una letra de cambio pero jamás, pese a las letras de cambio y a las tarjetas de crédito, se dejarán de usar las cachiporras ya que el hombre no dejará de soñar en barras de plata o en lingotes de oro…”Sobrecoge con su patrimonio arquitectónico que “ostenta desde lo hispano mudéjar hasta el indigenismo más profundo, sin olvidar el arte plateresco renacentista y el manierista que conformaba la Escuela Potosina con una vistosidad fascinante…”
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¡Y qué decir del arte!

En la Villa Imperial surgió el barroco hispanoamericano con el pincel de Melchor Pérez de Holguín y sus discípulos Gaspar Miguel de Berrío, Luis Niño, Nicolás de los Ecos y otros reconocidos y recordados pintores, cuyas obras en nuestros días son motivo de estudio y admiración.

La admirada pintura del siglo XVIII, de autor anónimo “La Virgen del Cerro: que enorgullece a la Casa de Moneda tanto en su iconografía como en su técnica habla de por sí de la aureola artística de la Villa Imperial.

El representante diplomático de Corea en Bolivia Yn Seh Myjung, expresa: “ha sido, para mí un verdadero motivo de regocijo y alegría visitar esta histórica y rica tierra potosina y pido que este patrimonio sea preservado como un tesoro mundial permanente para el futuro”

“Visitando la Casa de Moneda nos reecontramos con nuestras verdaderas raíces y de pronto comprendemos que esta empresa, este drama y esta tragedia que generó el crisol de culturas que hoy nos sustenta tiene mucho más de futuro que de pasado” subraya Enrique Pareja, Ministro de la Embajada Argentina en Bolivia.

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