Con razón el poeta Gustavo Adolfo Bécquer admirando viejas catedrales y antiguas casonas decía: “haced, oh huellas y ruinas que la melancolía que sueña en vuestro seno nos envuelva entre sus alas transparentes…”Este lienzo muestra la fusión de dos culturas y la simbiosis de dos mundos.

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Potosí, desde luego, significó la eclosión de dicha personalidad y de esa expresión de identidad cultural con raíces profundas de su valoración altoperuana, lo que hace suponer que en la actualidad su “patrimonio no tiene aires de atmósfera viciada y de herrajes oxidados”, pues constituye el sumum maravilloso de una época en la que esta ciudad no sólo valía por las piñas de plata, sino también por el surgimiento sorprendente de una rica escuela artística que como sus apetecidas monedas llegaba a una extensa geografía continental y europea.

¿Acaso, la larga nómina de cronistas de siglos pasados no es una incuestionable demostración de la historia agitada, diversa y apasionante que se protagonizó y vivió con intensidad en estos recodos de plata y estaño?

Los siglos han pasado y uno más está en los umbrales de nuestros días tan sacudidos por la deshumanización del hombre, el cambio de sus costumbres y de sus formas de vida.

Su insospechado acervo patrimonial, justamente le conduce a ser redescubierta cada día proyectándola hacia el nuevo milenio con redoblada esperanza.
La Reina Sofía de España, el 16 de mayo de 1992 anotó esta impresión: “No tengo palabras para expresar la inmensa impresión que me ha producido esta Casa de Moneda; todo lo que supone históricamente la ciudad mágica de Potosí hace mirar el futuro y espero volver pronto con el Rey”

¡Y qué expresaron los Libertadores Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, el 26 de octubre de 1825 cuando ascendieron a la cima de la riquísima montaña y llevaron su mirada a los cuatro puntos cardinales de la ciudad!. Como señala Jean Paul Sartre, el teórico del existencialismo “lo que es absoluto, lo que quinientos años de historia no se puede destruir, el hombre toma una decisión de perennidad y hasta de eternidad…

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