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Esta histórica ciudad, Capital de la República de Bolivia, fue fundada por Dn. Pedro Anzúrez Marquez de Campo Redondo, al pie de los cerros tutelares Sica-Sica y Churuquella; está arropada en la atmósfera cálida de ubicación topográfica con sus blancas casa y rojizos techos, sobre la siete patas, colinas de dulces curvas cuyos nombres son: Surupata, Huayrapata, Alalaypata, Munaypata, Kuripata, Quonchupata y Charquipata.

El índice poblacional de Sucre es de 200.000 habitantes, con una altura de 2.750 mts s.n.m., siendo su clima templado con una temperatura ambiental de 18º.

Durante la colonia Sucre fue sede del Arzobispado de la Plata, la real audiencia de charcas y es sede de la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier.

Hasta 1899 Sucre era sede de los tres Poderes del Estado pero actualmente, como Capital de la República de Bolivia, es la residencia del poder Judicial de la Nación.

En 1991 Sucre fue declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad, en virtud de sus valores Histórico – Culturales y el mantenimiento de su estilo arquitectónico.

Por estas características, Sucre es una ciudad única en su género, ideal para habitarla y para admirarla, su ascendencia histórica y cultural la convierten en una ciudad segura y receptiva.

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Reseña Histórica

El Grito Libertario del 25 de Mayo de 1809, fue el acontecimiento más notable que ha tenido lugar en América Morena, cuando un 24 de mayo por la noche, el Regente de la Audiencia señor José de la Iglesia, convoca en forma extraordinaria al Tribunal a su domicilio, donde se toman medidas de precaución para conservar el orden y las garantías, puesto que una vez por todas el pueblo representado por sus ministros y cabildantes había resuelto el gran problema de sus derechos.

Llegada la madrugada de 25 de mayo, el padre Félix Bonet, provincial de Santo Domingo junto al capitán Santiesteban previnieron a Pizarro sobre la conspiración y acuerdos secretos que se venían gestando días atrás, y Pizarro libra mandamientos de prisión, concebidos en términos severos contra varias personas deteniéndose solamente al Dr. Jaime de Zudáñez defensor de los pobres.

Con motivo de esta prisión, se toca a rebato en todos los campanarios y, especialmente, en la campana del Templo de San Francisco denominada ahora “Campana de la Libertad”, que alarma al pueblo el que afluye a la plaza principal para reclamar la libertad de Zudáñez. El pueblo parecía tranquilizarse y que así terminaba todo, más, para os patriotas se iniciaba recién el gran drama de la guerra de la independencia.

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