En Bolivia, los niños y las madres se mantienen juntos – en la cárcel
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El asunto es igualmente importante, por supuesto, la cárcel es lo que hace tiempo a los niños. Estensorro reconoce que “vemos una gran cantidad de la represión en los niños.” Los niños en el interior de la Correccional de Mujeres son castigados por un comportamiento normal como por ejemplo el despertar en medio de la noche – porque acaban despertando a todos los demás en el interior del hacinamiento o dormitorios si esto es tan simple como sera cuando cometan algo mas grave.

Al llegar al siclo escolar los niños salen de la cárcel cada día para asistir a escuelas regulares, pero, sin embargo, sufren el aislamiento de sus padres. Otro problema: la falta de 24 horas de atención médica dentro de la prisión. Peor aún, a veces los niños deben compartir el castigo de la madre por mala conducta, como la incomunicación.
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Como resultado de ello, no todos las madres son felices de tener a sus hijos con ellas. “Estoy pagando mi deuda con la sociedad, pero eso no quiere decir que mis hijos deben pagar las consecuencias de mis acciones, fueron las palabras de una presa.

Sin embargo, la vivienda de los niños encarcelados con los padres se está convirtiendo en una práctica aceptada en más de una región que comparte muchas de las deficiencias sociales de Bolivia. Según López, Ecuador, Perú y Guatemala tienen sistemas similares a los de Bolivia, lo que permite a los niños a vivir dentro hasta la edad de seis años (aunque López admite que a los niños a veces se les permite mas tiempo de estancia).

Algunas mujeres en las cárceles de México tienen niños pequeños, y en Argentina, existe un servicio especial para las embarazadas y los reclusos con niños bajo la edad de cuatro años.

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