El Parque Nacional Amboró ofrece el maravilloso espectáculode su natural belleza en una extensión de 630,000 hectáreas.Ocupa la faja sub-andina y lleva éste nombre debido al Cerro Amboróqu se encuentra en el área.

En sus puntosmás elevados presentan increíbles cascadas de aguas cristalinasformando profundas piscinas naturales.

Tiene una superficiede 706.000 hectáreas y protege una gran diversidad biológicaen sus diferentes ecosistemas.

Se han realizado inventarios de aves en cuatro puntos del Parque, losque han dado hasta ahora un total de 550 especies que pueden llegar a 700cuando esté concluído; es decir una cuarta parte del totalde especies existentes en América del Sur.

Sus abundantes y variados atractivos turísticos; sus ríosnavegables; las altas y cristalinas cataratas; su alta concentraciónde fauna, brindan amplias posibilidades para el ecoturismo y los zafarisfotográficos. Entre las avanzadas de dichas órdenes se destacaron las misiones, proyectos realizados por la Compañia de Jesús, que dejaron una huella trascendental en la historia de Bolivia.

Con la formación de tales habilidades, las misiones se transformaron en emporios de arquitectura, pintura, escultura, música, tipografía y otras artes.

Los jesuitas que fundaron y llevaron adelante las misiones no partieron de un punto cero cultural.

En lo que hoy conforma el territorio boliviano, especialmente en las regiones de Chiquitos y Moxos, los jesuitas establecieron su misiones a fines del siglo XVII.

Como la piedra local no pudo llenar las expectativas requeridas en una construcción barroca, la madera, el yeso y la decoración manual sustituyeron a los complicados ornamentos originales.

De cuchi están hechos también los pilares de sostén, muestras de la habilidad manual e imaginación de los artesanos indígenas.

San Javier y el resto de las construcciones religiosas de la región, declaradas por la UNESCO “Patrimonio de la Humanidad”, nos dan una tónica de natural sencillez.

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